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LA OTRA CAMPAÑA: Contra la homofobia

Desde la Otra Campaña repudiamos los actos de odio y violencia contra la población sexogénerodiversa ocurridos en las instalaciones del Sambil la Candelaria, que se suman a episodios reiterados de agresiones y discriminación en contra de este colectivo.

Estas muestras de intolerancia no solo afectan a los directamente agraviados y a la comunidad sexogénerodiversa, sino que revelan la naturaleza conservadora y profundamente hipócrita de nuestra sociedad, fomentada y reforzada por los grupos en el poder. Mientras se mercantiliza la disensión y la rebeldía, convirtiéndolas en mercancías al alcance solo de aquellos que puedan pagar por ella, quienes deciden asumir sus propias disidencias son objeto de persecución y de agresiones. Centros comerciales y emporios del consumismo pretenden ofrecer la diversidad como mercancía, pero reprimen a quienes ejercen sus opciones fuera de los circuitos y reglas del consumo mercantil. 

Los actos de violencia y odio contra la población LGBT no son muy distintos a las expresiones de odio y violencia que se ejerce contra otras poblaciones excluidas y estigmatizadas: contra los yukpas en Perijá y otros grupos indígenas perseguidos y marginados por la sociedad criolla y el estado colonial,  contra los jóvenes de sectores populares que mueren por la violencia policial, contra las personas negras que son detenidas o no se les deja entrar en locales comerciales solo por su color,  contra las mujeres víctimas del maltrato y del patriarcado.

La alianza conservadora que gobierna termina favoreciendo y avalando este tipo de actitud. Una cacería de brujas contra todo aquel que no calce con la moral conservadora y burguesa que campea con el apoyo de los actores de poder. La derecha opositora tampoco ofrece grandes diferencias. Por el contrario, representa a la oligarquía rancia y pacata que niega los derechos tanto de pobres como de grupos discriminados.

El doble rasero y la hipocresía de las elites políticas se expresa en cómo, mientras ocurren estos hechos, se hacen gestos vacíos y demagógico para ganarse los votos de los sectores sexogénerodiversos, evitando a la vez repudiar la política homofóbica de estos grupos económicos o sectores conservadores ultrarreligiosos con los que mantienen alianzas entrañables.

El capital persigue toda disidencia y diversidad que no entra en sus lógicas, sea como consumidor o como explotado. Desde la Otra Campaña peleamos por una sociedad en que impere el respeto, la tolerancia, el reconocimiento y la solidaridad. Esta sociedad está aún por construir, y es tarea de todos y todas, sin exclusiones.

 

 

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